miércoles, 23 de mayo de 2012

El cautiverio marcó una bisagra en la vida

Emiliano Cantillana Marchant aseguró que fue un hombre antes y otro después de haber pasado por la tortura . "Antes éramos jóvenes que pensaban en el futuro, en una patria libre, soberana, igualitaria; y pasamos a ser seres silentes; porque si te llevaron, por algo fue (le decían), entonces la sociedad y la justicia estaba ausente ", aseguró.

Cantillana Marchant reconoció a un hombre alto, rubio, de unos 35 años y de tez rosada como la voz que estuvo presente cuando lo picaneaban en Cutral Co en la U-9 de Neuquén. "Sabemos todo de vos, cuidate", le dijo al dejarlo en libertad uno de los interrogadores después de un mes de cautiverio, que incluyó las torturas en la comisaría y los golpes en la U-9.

Sin dudarlo, aseguró que el jefe de la comisaría de Cutral Co, Héctor Mendoza, estuvo en la comisaría la noche de secuestros y tormentos. "No sé si el torturaba, estaba con los militares que me torturaron. El estaba ahí", dijo Cantillana Marchant, quien fue secuestrado de Cutral Co.

Mendoza no integró el grupo de imputados en este juicio debido a que estuvo prófugo hasta el 2010, cuando fue hallado en Paraguay, en una comunidad religiosa donde se hacía llamar "hermano Héctor". Su procesamiento fue confirmado y está en la U-9 a la espera de un nuevo juicio.

¿Porqué no dio el nombre en el 85?, le preguntó la defensa oficial al comparar la declaración de ayer, con una realizada ante la Conadep y la instrucción judicial realizada por el juez federal Rodolfo Rivarola.

"Porque Mendoza estaba en funciones y no estaban dadas las condiciones en el país", contestó.

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